El Madrigal V anomenat “Las Cañas” de Joan Brudieu (1520‐1591), mestre de capella de La Seu d’Urgell que, amb estil semblant a una ensalada, relata un combat del joc medieval de les canyes utilitzant com a protagonistes certes qualitats personificades. El joc de les canyes consistia en dos equips de genets que s’empaitaven tirant‐se canyes en mútua acció d’atac. Les canyes s’havien de desviar amb una mena d’escut ovalat (l’adarga), que es subjectava amb el braç esquerre i portava la divisa o els colors del cavaller. El cavaller que era tocat per una canya o queia del cavall era eliminat. Aquesta mena de jocs es realitzaven en places públiques; per exemple a Barcelona s’acostumaven a realitzar a l’esplanada darrera Santa Maria del Mar, mentre que a Madrid o Valladolid es duien a terme a llurs places majors. Sembla ser que els musulmans van popularitzar aquest joc durant l’invasió de la península; Francisco de Quevedo ho critica en la seva Epístola Satírica y Censoría contra las costumbres presentes de los castellanos, reivindicant els costums més espanyols: “Jineta y cañas son contagio moro, restitúyanse justas y torneos y hagan paces las capas con el toro.” Joan Brudieu: Madrigal V - "Las Cañas"
I. L’Amor y la Magestad L'Amor y la
Magestad, se tienen malas entrañas, y por hazer l'amistat quieren jugar a las cañas.
- ¿Quién salle a
jugar con ellos? - Cada qual en su valía. ¡Oh, qué linda cavallería! ¡Qué plazer será de vellos!
II. Saca el Amor Saca el Amor de
su bando, - ¿Quién son éstos
de su bando? Dímelo sin entrevallo. - Son el Favor y el Regalo y el Deleyte y el Contento.
- ¿Quién saca la Magestad, que es la otra parte rea? - Saca su parcialidad vestida de su librea.
- ¿Qué
parcialidad alcança? Dímelo por gentilesa. - La Justicia y Templança, la Prudencia y Fortalesa.
¡Oh, qué hermosas
cuadrillas! Salid, damas, a mirar, que pues sallen a jugar, hazer tienen maravillas.
III. Ya tocan los atabales Ya tocan los
atabales, trompetas y menestriles, ¡Oh, qué músicas reales! ¡Oh, qué fiestas tan sotiles!
La Magestad entra
ya afuera y arremete la carrera. ¡Aparta, aparta, aparta!
¡Qué buena
carrera dió y que lança que metió, y cuán bien que la rodea! Blanco y negro es su librea.
IV. ¿Qué trae en la bandereta? - ¿Qué trae en la
bandereta? - Unas tres letras sifradas con unas ondas brosladas.
¡Oh, qué sifra tan discreta!
- ¿Qué quieren
dezir, hermano? Por tu fe no me lo ascondas. - Pues: “Muera en las ondas, Amor villano.”
- Cata los suyos
do van corriendo de dos en dos. - ¿Quién es el que le va en pos? - La Presunción, su truhán, de su librea vestido, pues escuchen el apellido:
¡Viva, viva,
viva, la Magestad tan altiva! ¡Gala, gala, gala, ninguno se le iguala! ¡Viva, viva, viva, su compañía tan linda! - ¡Guarte, guarte,
guarte! ¿Quién viene d’esta otra parte? - El Amor y sus parciales. - ¿Cómo no traen tabales? Con tino entra callando con todos los de su bando.
Apartémonos acá que nos atropellarán. ¡Oh, que bién ateviados! Todos vienen de colores, que son azul y morado y de verde y encarnado, con todos sus jugadores. ¡Aparta, aparta, aparta!
V. ¡Cómo corrió buena lança! ¡Cómo corrió
buena lança, pues eso cómo alcança una fuerza vigorosa! ¡Con qué maña tan graciosa su gentilesa publica! - ¿Qué trae en la banderica?
- Trae broslada
media luna y una media de Fortuna, y otras tres letras sifradas como las otras pasadas.
- ¿Qué quieren significar? - Yo te lo quiero contar: “Al Amor y a la Fortuna no hay defensión ninguna.”
¡Oh, qué hermosos
cavalleros! ¡Qué bien ordenados van! Como los otros primeros, también llevan su truhán, y es el Afición. Pues oyamos su blasón: “Viva, viva, el Amor, universo’s vencedor.”
¡Oh, qué bien
rodean la plaça! El vulgo los embaraça, mas ya puestos están y las adargas les dan.
VI. Cada qual en su cabeça Cada qual en su
cabeça se apriete la caperuça, que la música empieça de tocar la escaramuça.
La Magestad envía a dos de su compañía que arremetan los primeros. ¡Ea, caballeros! ¡Adargaos, adargaos!
¡Oh, qué cañas
que tiraron! El Amor sale contento, el Regalo y el Contento. ¡Adarga, adarga, adarga!
¡Oh, qué cañas
que tiraron! Buenas, mas por negligencia la Templança y la Prudencia no muy bien se adargaron.
La Justicia y
Fortalesa sallen con la Magestad. ¡Adarga, adarga,
adarga! Mas con qué serenidad se vuelven los del Amor, y adargáronse mejor.
Ya sobresalle el
Amor con el Deleyte y Favor contra los del otro bando. ¡Ya el juego va calentando!
¡Oh, que juego
bien travado y cuán bien ordenado! ¡Oh, qué gracioso ruido: la Magestad ha caído!
VII. Sepamos cómo cayó Sepamos cómo
cayó: El cavallo entropesó, luego el Amor ha vencido.
Por el Amor queda
el campo y quedará, y quedará que él es siempre vencedor.
¡Victoria,
señores! ¡Victoria en amores! |
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